EL PAR DE ZAPATITOS ROTOS
Había una vez en un pueblecito lejano, un humilde zapaterito viejo,no tenía
familia ni hijos solo lo acompañaban en su hogar un perrito y un gallo,el que
cantaba alegremente todas las mañanas anunciando un nuevo amanecer.Cada mañana al abrir sus cansados ojos,el viejito,elevaba sus oraciones a Dios,agradeciéndole por el nuevo día pero muy dentro de su ser tenía una tristeza tan grande,tan grande,que en ocasiones lloraba a solas y le pedía al señor jesucristo que lo dejara vivir lo suficiente para poder realizar el sueño más grande de su vida:_ poner en los pies de todo niño descalzo, un par de zapatitos nuevos.Se acercaba ya la navidad, la gente iba y venía alegre cargada de regalos y paquetes paseaba él por una calle,cuando en medio de ella vío un niño que dormía sobre el pavimento y tenía en sus pies un par de zapatitos rotos,se le entristeció de tal manera el corazón, que elevó sus oraciones a Dios con un sentimiento indescriptible.Fue en ese momento,cuando observó que la cabecita del niño brillaba y se desperto de su sueño.El niño lo miro y le dijo_ mi padre a escuchado tus oraciones y ruegos, por eso me ha enviado a ti. Luego quitándose los zapatitos le siguío diciendo: _ Me ha encargado que te entregue este par de zapatitos rotos, todo aquel que se lo ponga en la noche de navidad amanecerá con un par de zapatitos nuevos; y asi podrás cumplir con el mayor de tus deseos.Dicho esto el niño desapareció ante la mirada del zapaterito.Èrase ya la noche de navidad; al dar la iglesia las doce campanadas salió el con los zapatitos rotos , fue de calle en calle, de pueblo en pueblo colocando los zapatitos rotos a cuanto niño descalzo hallaba. Por fin amaneció y cuan grande fue la alegría de los niños pobres de calles y pueblos , pues todos tuvieron zapatitos nuevos en sus pies antes descalzos .Cuando canto el gallo al amanecer, ya no escucharon las acostumbradas oraciones del zapaterito viejo;ni se abrió la puerta del taller .Solo se sentía el aullar triste del perro; fue en ese momento, cuando muchos niños con lagrimas de alegria en los ojos , se acercaron a la puerta del taller y decidieron abrirla ; se llevaron una gran sorpresa pues encontraron al zapaterito viejo sumido en el sueño más grande, pero con una sonrisa en sus labios y entre sus manos el par zapatitos rotos.
VANESA ZULUAGA TORO
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